Otro tipo de ambiente familiar es el agresivo, donde se presentan actos de agresión entre padres, padres e hijos y con terceros. El niño que crece en este ambiente aprende e imita las acciones agresivas (Bandura, 1963).
El desarrollo de la agresividad se favorece si el ambiente es violento ya que los niños realizan acciones violentas y construyen razonamientos que las justifican. Se imita la agresividad de otros y se crean modelos que son muy estables durante su vida. En un ambiente violento es muy probable que el niño sea maltratado y hay evidencia de que los niños maltratados desarrollan modelos agresivos que aplican a otro tipo de relaciones y a relaciones futuras (Dodge, Bates y Pettit, 1990).
El ambiente familiar es un factor clave en el desarrollo socio-afectivo y ético del individuo. En términos probabilísticos (Bowlby, 1973 en Sroufe, 1995), se ha encontrado que el niño que haya experimentado una adaptación temprana afortunada, tendrá éxito con mayor probabilidad en fases posteriores, su desarrollo previo puede determinar el camino para su desarrollo posterior. Un ambiente adecuado para el desarrollo no es aquel donde el control es excesivo y el niño no tiene opciones, tampoco aquel en el que las opciones son ilimitadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario